LA PASTORAL PARROQUIAL EN LA ASUNCIÓN
Nuestra espiritualidad y nuestro apostolado tienen su fuente y su fuerza en el Evangelio, en la obra y el ejemplo de nuestro Patriarca San Agustín y de nuestro Fundador, el Padre Manuel d'Alzon.
San Agustín soñaba con una vida comunitaria, fraternal, volcada hacia Dios en la oración, apasionada por la búsqueda de la sabiduría, meditando día y noche las Sagradas Escrituras. Este sueño se concretó en varios intentos de vida comunitaria antes y después de su bautismo a los 33 años. Un día, durante un viaje a Hipona, fue sorprendido por el pueblo de Dios que lo aclamó para ser su obispo. A pesar de sí mismo, aceptó esta pesada responsabilidad por amor a la Iglesia. Sin embargo, hizo todo lo posible para continuar la vida comunitaria con los demás sacerdotes hasta su muerte.
Como sacerdote diocesano, Manuel d'Alzon estaba bien insertado en la Iglesia local de la diócesis de Nîmes, a la que sirvió como Vicario General. Sin embargo, su visión era tan amplia y universal como la propia Iglesia. Su objetivo era la renovación de la Iglesia (no sólo de la diócesis de Nîmes) y la transformación de la sociedad (incluso más allá de las fronteras de Francia). Impulsado por esta visión, Manuel d'Alzon sintió la llamada a la vida religiosa y fundó nuestra Congregación para lograr su objetivo. Sin dejar de ser vicario general, se trasladó al Colegio de la Asunción de Nîmes y continuó su lucha "universal" con sus nuevos hermanos a través de varias obras y fundaciones.
De este modo, en fidelidad a la amplia visión apostólica de nuestro Fundador, nuestro compromiso en la parroquia está en consonancia con la misión de la Iglesia recibida de Cristo, a saber, "reunir a todos los hombres y mujeres en el Pueblo de Dios", anunciando "el Reino de Dios en nosotros y alrededor nuestro" (Regla de Vida, 13).
UNA REALIDAD IMPORTANTE HOY EN DIA
La implicación en las parroquias demuestra que somos "hombres de Iglesia", colaboradores de los obispos. Recordemos que el Padre d'Alzon fue Vicario General de su diócesis durante la mayor parte de su vida.
LOS LAICOS
La parroquia es un lugar natural para la colaboración con los laicos. Es un lugar privilegiado para la formación de un laicado responsable y para la inculturación de la Palabra de Dios. En algunos países, es a partir de las parroquias que se ha desarrollado la alianza laicos-religiosos.
NUESTRA ESPECIFICIDAD ASUNCIONISTA
Estamos convencidos de que nuestro carisma puede ponerse al servicio del trabajo parroquial. Los obispos nos piden que aportemos una cierta diversidad a sus diócesis. Esto nos anima a compartir nuestra especificidad asuncionista.
¿Un asuncionista tiene que ser necesariamente párroco? No, si se trata de que los religiosos ocupen el lugar de los sacerdotes seculares. Pero sí, por una presencia particular -sobre todo por su dimensión comunitaria- al servicio de una Iglesia local. La presencia de la congregación en las parroquias quiere ser imaginativa, más allá de la "gestión" de la pastoral local: se esfuerza por promover la vitalidad de las comunidades de base y la responsabilidad de los laicos. ¡Todo un pueblo en movimiento!